viernes, 20 de septiembre de 2013

I HAVE A DREAM

I HAVE A DREAM
 

 
Yo tengo un sueño: que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de compartir mesa, como hermanos. 

Yo tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por sus actos.

                                        Dr. Martin Luther King, 1963



 Tú me diste un sueño, unos niños blancos
jugando con niñas negras como yo;
quizá eran mis hijas o un cuento de hadas,
del mismo pupitre a la cama común.

 Hice un buen discurso que me convirtió
en hombre de moda, en estrella brillante.
No conté que el sueño se hizo pesadilla,
no es cuestión de amargar el gran momento.

Soñé una noche que duró un día entero,
soñé un paraje arrasado de olor ácido,
vi convexas expansiones y desiertos,
telarañas en arena condensadas,
muchedumbres entre el humo del tabaco
sin reflejo en los espejos del planeta.

Después vi los huesos blancos de una mano,
la negra pistola y mi sangre rojiza.
Yo fui asesinado, mas no mi esplendor,
porque es difícil apagar una estrella:
y hay hombres que mueren, sueños que perduran.

Bajo mi estrella, el hombre más poderoso
sumó su sangre blanca y su sangre negra
y soñó que arrasaba el desierto árabe.

En duelo macabro de premios nobeles,
jamás la memoria fue tan insultada,
jamás mi esplendor fue tan menospreciado.