En el último tomo de "En busca del tiempo perdido", publicado en castellano como El tiempo recobrado, Marcel, el narrador se siente obligado a escribir sus recuerdos para no ser responsable de ninguna muerte. No morimos, del todo, comenta, mientras una sola persona viva nos recuerde; por ese motivo, al reflejar gente a quien solo él recuerda, evita que mueran con él. Tal vez por eso nos da tanto miedo que la demencia asalte a quien sentimos parte de nosotros; intuimos que, sin su recuerdo.
Quién no soñó alguna vez hacer sobrevivir a los seres queridos "entre las ruinas de mi inteligencia" -la metáfora es de Jaime Gil de Biedma. Las fotos están tomadas en mis dos visitas a Atenas. Me recuerdan a mi madre, luchando por conservar contra viento y marea, el recuerdo de nosotros.
SOLEDAD ÚLTIMA
Quién no soñó alguna vez hacer sobrevivir a los seres queridos "entre las ruinas de mi inteligencia" -la metáfora es de Jaime Gil de Biedma. Las fotos están tomadas en mis dos visitas a Atenas. Me recuerdan a mi madre, luchando por conservar contra viento y marea, el recuerdo de nosotros.
SOLEDAD ÚLTIMA
La muerte debe de ser
un pasado
interminable,
algo así
como vivir
en una
ciudad pequeña
donde has
visto muchas caras
y no
conoces a nadie.
O bien no
existe la muerte
sino el
vivir y el morir
rutinario,
intrascendente,
como un
amigo de antaño
a quien,
por azar, encuentras
guardando
cola en el cine,
o en un
acto sindical,
o ante un
triste escaparate,
y apenas
le reconoces,
y no sabes
qué decirle,
y recuerdas
lo de siempre,
cuánto
tiempo, cómo tú
por aquí,
ya me dijeron,
aunque no
recuerdo quién,
y luego te
callas tanto
que ya no
te reconoces,
y ese
dolor insensato
se te
borra y ya no sientes
nada, y
entonces comprendes
que sólo
cumpliste un trámite.
A VECES, SIN MOTIVO, LA LUZ
se torna sombra:
Es el tiempo.
A veces, sobre la sombra
se proyecta otra sombra:
Es la memoria.
A veces, sobre la sombra de la sombra
se dibuja, oculta, una fingida sonrisa:
Es el dolor.
Es la soledad.
A veces me siento rodeado
de venerables fantasmas
de venerables fantasmas
cuyos rostros me son
dolorosamente conocidos.
dolorosamente conocidos.
A veces
me siento
especialmente
solo.
me siento
especialmente
solo.
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