UN PATIO EN LA DEHESA
Que la vida iba en serio / uno empieza a comprenderlo más tarde.
(J. Gil de Biedma)
Has vuelto a visitar el patio de la dehesa
(tu infancia son recuerdos de un patio de vecinos),
intuiste un hueco en el viejo muro y, de golpe,
te visten pantalón corto y recto flequillo
y viste el cartel de limitada bienvenida:
EL
COLESTEROL
ESTÁ
MAL VISTO.
Quizá por eso siempre jugaste de portero,
el papelón que honra a los niños gorditos
Nadie te enseñó el Libro
de Instrucciones: No
leer, no sufrir, no escribir…
¿Qué más?
Chocolate caliente con churros fritos,
primera comunión
y uniforme marino,
la foto escolar con mapamundi en blanco y negro,
letanía de cabos, golfos, montes y ríos,
maestros de mano larga, los domingos al cine,
biografías de mártires, himnos y catecismos.
Francamente,
(discúlpame el juego de palabras)
no aparentas sentir nostalgia de aquel niño.
Cumplir años después
te otorgó un dulce exilio:
felizmente encontraste la serpiente y la fruta.
Comiste. Has amado, has pecado, has vivido.
Vuelvo a ver a menudo el patio en la dehesa.
Desde hace algún tiempo, lo encuentro siempre vacío.
Magnífico, me parece, aunque creo que no entiendo de esto. Yo que tú lo presentaría al Día de la Poesía, en Segovia. Ves por allí buena gente.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Más abrazos. Es cierto que se ve buena gente en el evento, y más de uno con nombres sonoros y metafóricos.
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