NOCTURNO ENTRE ESCOMBROS
En calles solitarias retornas a ti mismo,
El frío que te habita dibuja soledades,
Añoras el valor de las pequeñas cosas:
Una simple mirada, una voz, un recuerdo.
Te cruzas en la calle vacía con un rostro,
Apenas reconoces los ojos que te miran,
Su tímida mirada esboza una sonrisa.
“Te vendo mi tristeza” murmuras tras la máscara.
Ya no hay escaparates ni nadie que los mire,
La luz de las antorchas sugiere que es de noche.
Un fondo de tristeza se mueve entre ambulancias
Y el fuego ha consumido el árbol de la vida.
Tras los cristales rotos apenas se
divisan
Mostradores cubiertos de cuerpos
quebrantados,
Las sombras solitarias de los viejos
comercios
Que nada venden ya, tan solo son
escombros.
Tropiezas con los muros de la infame muralla,
Asciendes la atalaya, de pronto estalla
el fuego...
Tú querías saber cuánto vale una vida.
“Depende de quien sea”, te escupen a la
cara.
Tus hijos encerrados en murallas lejanas…
De golpe has descubierto nuevas ruinas
de Troya
Y ya no quedan naves en el puerto de
Gaza.