jueves, 21 de septiembre de 2023

EL HONOR DE LOS VENCIDOS

Durante milenios la Iglesia insistía en condenar la crucifixión de los suyos, ignorando que el mundo estaba lleno de crucificados cuya muerte parecía aprobarse. 

Los juicios sin garantías, el ensañamiento con los derrotados, la tortura, la pena de muerte deberían haber sido condenados desde siempre. Y Gestas, el llamado mal ladrón, ridiculizado por el arte llamado sacro, debería ser el patrón de los abandonados.  





SOLILOQUIO DEL MAL LADRÓN EN EL GÓLGOTA

 

  De cuantos en la hora señalada

para la historia gimen, vociferan

su dolor inefable (y somos tres

los que exponemos nuestra carne abierta,

roja efusión de sangre, soledad,

humillación), la sed y la crueldad

de un pueblo que conquista, impone leyes

extranjeras, condena con criterios

ajenos a nosotros…

 Y de cuantos

insultan desde el suelo, escarnecen,

escupen, vociferan (en el mundo,

siempre hubo mirones agradecidos

del sufrimiento ajeno) sólo yo

pasaré a la historia como el infame.

 

Nadie dirá de mí que quedé expuesto

y desnudo a los rayos de este sol

de Palestina (del fuego inclemente

que incendia las ampollas de la piel),

que mis brazos quedaron dislocados,

que en vano resonaban los aullidos

de mi boca reseca. No osarán

calmar mi angustia: ni una simple gota,

sólo el sudor me dará de beber

agua salada.

Y nadie dirá

que padecí similares tormentos

a los que horrorizan de un nazareno

a quien aclamaron multitudes,

o el otro, que en un gesto teatral

dirá que merecimos el castigo.

 

Y cuando el Gólgota quede vacío

o lo ocupen otros crucificados,

nadie dirá: "Aquí murió un ladrón

que fue sádicamente torturado".

 

Quizá serán felices, convencidos

de que uno de los tres los perdonaba

y otro fue santo en el momento último.

De mí no obtendrán una sonrisa

los coleccionistas de estampas pías.

 

No verán en mí un hombre como ellos,

Seré el único infame del cadalso,

mas nunca explicarán sensatamente

qué culpas merecieron tal castigo.

 

No me dedicarán ningún altar,

seré crucificado cada día

en cada torturado, en cada anónimo

(como yo mismo) irremisible reo

de muerte, por los siglos de los siglos.

 

 Ahogado en el inútil dolor,

escupiendo mis últimas palabras,

solicito el honor de los infames.

martes, 18 de julio de 2023

LOS BASTARDOS DE SATURNO

       

       LOS BASTARDOS DE SATURNO





LOS HIJOS BASTARDOS DE SATURNO

 

Saturno, divinidad romana que se identificó con el titán griego Cronos es el dios del tiempo. Su imagen devorando a sus hijos se ha convertido en un tópico lleno de simbolismo: el tiempo todo lo crea para después, caprichosamente, todo lo destruye.


Hace algunas décadas yo fui joven

(Uno más de los jóvenes de entonces)

De esos que solo saben que sabíamos

Certezas desconocidas por Sócrates,

Algo así como que el triunfo era nuestro,

Himno a himno, con dos revoluciones

Pendientes.


              Soñamos a corto plazo

Luchar, vencer, abrillantar el bronce

De la espada y coronarnos con laurel

Sobre un trono de madera de roble.

 

Después, sin más motivos que el reloj,

Poco a poco fui devorando al joven

Que aún es joven, pero ya no es yo.

 

Atrapado en el vientre de los dioses

Que devoran a sus hijos, en medio

Del sueño de un sueño que nos corrompe,

Acabamos dolidos de soñar

Que nacimos de una estirpe noble,

Tan noble como el viento entre las manos.

 

Y fuimos inmortales una noche

Breve, tan breve como la esperanza,

Devorados por el tiempo insaciable

Como dioses bastardos y sin nombre.